Desde hace aproximadamente 20 años han aparecido en el mercado una serie de productos pertenecientes a marcas multinacionales que basan sus estrategias de marketing en el objetivo de la pérdida de peso. El aumento en el uso ha sido exponencial logrando de 18 a 20% de crecimiento en la última década y sobre grupos poblacionales específicos (mujeres de estratos altos en U.S.A) hasta un 47%.
Desde el año 2007 empezaron a surgir reportes de casos cínicos en personas usuarias de este tipo de productos en las cuales había algo en común: lesión hepática. Se describieron inicialmente 34 casos en países de Europa (Suiza, Israel y España), Asia (Israel) y Latinoamérica (Argentina).
Dado lo anterior, las diferentes sociedades científicas empezaron a interesarse en estudiar los mecanismos por lo cuales estos productos podrían ser peligrosos para el tejido hepático. Es así como se han descrito 3 mecanismos principales de lesión hepática. El primero de ellos y mas frecuente es el hepatocelular. Para explicarlo un poco mejor basta con entender que dentro de las múltiples sustancias empleadas por dichos productos, existen algunas de ellas que van directamente a la circulación hepática y por un mecanismo de lesión directo producen un daño en las células del hígado haciendo que se estallen y mueran. El segundo de ellos es el autoinmune; de igual forma, las sustancias empleadas hacen que se desencadenen procesos inflamatorios con células del propio organismo que finalmente atacan nuestro propio hígado y hace que se lesione. Finalmente, y no menos importante, se han publicado casos en los cuales se han detectado microorganismos, especialmente una bacteria llamada Bacillus subtiles la cual es la encargada de lesionar el tejido hepático.
Teniendo en cuenta lo anterior se han explicado dentro de las guías de práctica clínica diferentes grados de severidad en la enfermedad resultante. Algunos pacientes tienen una leve inflamación hepática con la consecuente alteración de algunos de los parámetros de laboratorio, pero otros pacientes pueden llegar a desarrollar una patología severa con falla hepática fulminante y requiriendo finalmente trasplante. Esto no depende del producto o de la frecuencia con que se consuma, depende de la respuesta que cada individuo tiene de forma diferente a un agente dado.
Si bien todo lo anterior requiere mucha mas investigación y aún no se pueden redactar conclusiones en cuanto a este tema, es importante que cada usuario tenga en cuenta que ninguno de estos productos es totalmente inocuo y que podría representar un peligro para nuestra salud.
El abordaje de nuestra nutrición debe ser integral, debe ir acorde a nuestra mente y nuestro cuerpo, debe ser individualizado y ajustado a nuestras necesidades y además debe tener en cuenta nuestros problemas de salud de base y nuestros factores de riesgo para desarrollar posibles patologías a futuro. Es por esto que no somos dieta ofrece una asesoría personalizada y ajustada a nuestras necesidades y cuenta con un grupo multidisciplinario que abordará a cada usuario como un ser integral.